Un vendedor de ropa quedó detenido por ser el principal sospechoso del crimen de un adolescente de 16 años. El hecho, que ocurrió el domingo pasado, generó un clima de tensión en el vecindario y derivó, además, en la detención del hijo y de un vecino del acusado.

Vecinos llamaron al Servicio 911 para denunciar que en Américo Vespucio al 100, en el barrio Toledo de San Cayetano, habían encontrado a un adolescente tirado en la calle. Los pesquisas llegaron al lugar y confirmaron que el joven había fallecido después de haber recibido un disparo en la espalda. Lo identificaron como Isaías Suárez, de 16 años.

Personal de la División Homicidios, al mando de los comisarios Diego Bernachi y Jorge Dib, supervisados por el fiscal Washignton Navarro Dávila, recibieron indicios para sospechar cómo se había producido el crimen.

Varios testigos les informaron que la víctima, que tendría antecedentes por delitos menores, podría haber cometido un robo en la barrio y que la supuesta víctima, decidió hacer justicia por mano propia. Siempre según las versiones recogidas, el adolescente habría sido ultimado en otro lugar y su cuerpo habría sido trasladado y arrojado en ese lugar.

Esa hipótesis cobró fuerza cuando otros habitantes de la zona denunciaron que, momentos antes de que fuera hallado el cuerpo, observaron que una Ford Eco Sport y una Renault Kangoo transitaron por Américo Vespucio al 100 a toda velocidad, se detuvieron por un par de segundos, y continuaron su marcha con rumbo desconocido.

Sospechas

Los investigadores solicitaron medidas de allanamientos, pero antes de que se concretaran, un abogado se presentó ante Navarro Dávila anunciando que presentaría al supuesto autor del hecho. Dijo que él contaría toda la verdad de lo sucedido.

El sospechoso, identificado como Carlos Horacio Ledesma, se presentó y, después de escuchar la imputación en su contra, negó su participación en el hecho y aseguró que él estaba en Termas de Río Hondo vendiendo ropa, actividad a la que se dedica desde hace varios años.

El fiscal decidió pedirle la detención por considerarlo ser el autor del hecho, aunque sabe que podría haber contado la colaboración de alguien para disparar contra el adolescente, cargar el cuerpo y dejarlo abandonado en la calle. Por eso ordenó que se profundice la investigación.

Armas y algo más

Mientras en tribunales se definía la situación procesal del acusado, los hombres de Homicidios realizaron un allanamiento en la casa del principal sospechoso. Fueron a buscar los dos vehículos con los que supuestamente habría cometido el homicidio, pero no los encontraron.

Sí aprehendieron al hijo y a un vecino del sospechoso (sus identidades no se dieron a conocer) porque los investigadores los encontraron portando armas nueves milímetros cuando ingresaron al domicilio. Al requisar la casa, según confiaron fuentes judiciales, hallaron una escopeta 12/70, un pistolón y dos tumberas.

“Este barrio no da para más. La gente está cansada por la inseguridad que se vive en la zona. Por eso está armada. La verdad es que no me enteré los detalles de este caso, pero sí puedo decir que aquí todo el mundo está dispuesto a defenderse porque está cansada que le roben”, dijo María Laura Lencina, ama de casa.

Otra vecina se mostró sorprendida por el movimiento de los investigadores. “Vienen cuando es tarde. Cuando hay un muerto y cuando se armó el lío. Desde esa muerte, se escuchan tiros toda la noche. Algo malo está pasando y nadie hace nada para frenarlo”, comentó Lucía Heredia.

Juan Pablo Robles, empleado de comercio, agregó: “es extraño que lo hayan matado por la espalda. Evidentemente el chico estaba escapando cuando le pegaron el tiro. Pero es mucho más raro que una familia normal tenga tantas armas en la casa. Está bien que sea una para defenderse, pero no todas las que sacaron los policías”.